Biodiversidad e innovación

Cuando se habla de biodiversidad e innovación, se suele recurrir a un ejemplo muy elocuente: los lobos de Yellowstone que cambiaron el curso de los ríos. Esta especie se reintrodujo en el parque nacional estadounidense en 1995. Pronto, los nuevos habitantes redujeron la población de ciervos, lo que permitió la recuperación de la vegetación, especialmente los álamos y sauces. Esto, a su vez, mejoró el hábitat para otras especies como castores y aves, lo que llegó a modificar los cursos de los ríos. Es lo que se conoce como “cascada trófica”, esto es, las consecuencias imprevisibles de la pérdida o adición de un elemento en un ecosistema. Pero ¿cómo podemos conservar la biodiversidad en tiempos de cambio climático y proteger las especies amenazadas? ¿Puede la tecnología ayudarnos a lograrlo?

¿Por qué se pierde la biodiversidad?

Antes de hablar de las tecnologías que pueden ayudarnos en la conservación de especies, conviene tener claras las causas para la pérdida de la biodiversidad. Existen cuatro grandes culpables de este fenómeno que, según datos de la ONU, pone en peligro de extinción a una de cada ocho especies de flora y fauna en el mundo.

1. El cambio en el uso de las tierras. Se trata, sobre todo, de la transformación de bosques y selvas en zonas de cultivo, lo que supone la destrucción de hábitats y la pérdida de diversidad biológica. Este factor es responsable del 30 % del declive en la biodiversidad global.
2. La sobreexplotación de recursos. El exceso de pesca, caza y recolección de recursos como la madera supone que cada año agotamos antes los recursos renovables del planeta. Este problema está detrás del 20 % de la pérdida global de biodiversidad.
3. El cambio climático y la contaminación. Se estima que hasta un 14 % de la pérdida en la biodiversidad es atribuible a estos factores. Y no solo eso, algunos estudios señalan que en las próximas décadas pasarán a ser los principales responsables.
4. Las especies invasoras. El mejillón cebra, el pez león, el cangrejo americano o la carpa asiática son ejemplos de especies exóticas que pueden convertirse en invasoras, afectando la biodiversidad de los ecosistemas. Se calcula que causan un 11 % de esta pérdida en todo el mundo.

5 ejemplos de cómo conservar la biodiversidad por medio la tecnología

Además de la transición hacia las energías renovables y los esfuerzos de protección de la biodiversidad a través de la creación de parques y espacios naturales y medidas similares, existen aliados tecnológicos que pueden contribuir en esta misión. Estos son cinco de los ejemplos más recientes:

1. Monitorización genética (eDNA). La tecnología del ADN ambiental (eDNA) ha revolucionado la forma en que los científicos monitorizan la biodiversidad. Este enfoque permite la detección de especies a través de rastros de ADN dejados en el medio ambiente, como en el agua o el suelo, lo que facilita la identificación de especies raras o huidizas sin necesidad de métodos invasivos.
2. Cámaras trampa y drones. Las cámaras trampa, equipadas con sensores de movimiento e infrarrojos, junto con drones que llevan cámaras avanzadas, permiten el monitoreo remoto de la fauna silvestre y sus hábitats. Estas tecnologías pueden operar en condiciones extremas y transmitir imágenes en tiempo real.
3. LiDaR para el mapeado de bosques. El LiDAR (Light Detection and Ranging) utiliza pulsos de luz láser emitidos desde aviones o drones para mapear la vegetación en alta resolución. Esta tecnología permite a los científicos medir cambios en los ecosistemas forestales de manera precisa y efectiva. Por ejemplo, en Indonesia ya se ha utilizado para evaluar el impacto de la tala de árboles en bosques tropicales.
4. Bioacústica. La bioacústica utiliza grabadoras para captar los sonidos de los ecosistemas naturales. Estos sonidos, que incluyen desde el canto de las aves hasta el croar de las ranas, se analizan por medio de IA para evaluar la salud y la biodiversidad de los ecosistemas.
5. Mapas de alta tecnología y big data. Los mapas avanzados combinan imágenes de satélite, datos de sensores y modelado de datos para monitorizar cambios en la vegetación y en los ecosistemas a gran escala. Estas plataformas permiten a los ecólogos observar la pérdida de bosques en tiempo real y responder más ágilmente a las amenazas.

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